sábado, 4 de abril de 2009

No cabo ... o quepo 2 (la venganza)

(745 palabras (bastante larguito, no se duerman Y COMENTEN))

Solo por las dudas, aclaro que hay 50% de anécdota, 50% de ficción.

Anualmente se me plantea la necesidad de hacer ejercicio y mejorar mi estado físico. Hace algunos años me pasó luego de ver Terminator 2 y a Arnold Shuarzeneguer (escribí el apellido como pude, no hay forma de escribirlo correctamente) y el año pasado luego de ver a la Tota Santillan en Show Match.

Esta dualidad de "agentes motivantes" me deja tranquilo porque me aleja de algún posible tinte homosexual.

El año pasado elegí un gimnasio, 400 pesos por 3 veces a la semana y arranqué con fuerza.

Primer día, cinta de caminar. Inicié la marcha suavemente y la iba llevando bastante bien.
De pronto un voluminoso señor que de aquí en más llamaré "La Tota" arrancó al lado mío.
Lo miré y me sonreí, él hizo lo mismo.



De pronto veo que empieza a caminar bastante más rápido que yo. Era un 50% más "grueso", pero se ve que hacía meses que iba al gimnasio.
Me dije "¡Conmigo no vas a poder!". Iguale la velocidad de mi máquina y a seguirle el ritmo.
Me miró y se sonrió, yo hice lo mismo.

Luego de unos segundos de felicidad por estar "a tono" empecé a sentir una especie de golpes de bombo al lado mio "boom, boom, boom, boom". Miré para el costado y "La Tota" estaba galopando cual potro desbocado, levantaba las patitas y la máquina vibraba como pidiendo piedad.
PERO, AFLOJA PIBEEE, ¡YO EMPECE HOY!
Me miró y se sonrió, yo lo miré y no me sonreí un carajo.

Apagué la máquina, y salí diciendo: "- Está rota, cuando queres correr, patina la cinta."

Con bastante bronca, fui y me senté en una bicicleta fija.
Luego de unos minutos de pedaleo cual veterana en rambla de Punta del Este se sentó en la bicicleta de al lado una señorita con unas gambas más músculosas que las mías.
Contaba con unos grandes elementos circulares plásticos (no naturales) entre su mentón y su ombligo (no quise poner senos por si mi señora lee el post) y comenzó a pedalear.




De pronto me pregunta: "- ¿Se rompió el aire acondicionado? Hace mucho calor."

En ese momento mi cerebro pasó a modo "Ajedrecista", o sea pensando 3 o 4 jugadas para adelante.
Si el primer día me hago una amiga y justo mañana mi señora se le ocurre venirme a buscar, ¿Cómo explico que esta señorita me diga "holi"?

¡No le contesto! (pensé), pero no, no puedo ser tan nabo.
"- Parece que si, ¿Verdad?" Y luego de 30 segundos, me levanté de la bicicleta y abandoné rápidamente el lugar.

Y me escapé porque la esposa de uno siempre va a desconfiar.
Medio como que al santo botón, porque este tipo de mujeres siempre busca personas iguales a ella para relacionarse ... mmm, no quise decir que era lesbiana, quise decir que busca fanáticos del cuidado de su cuerpo.


Minutos mas tarde me crucé con una manada de "Arnolds" que se miraban al espejo y se decían entre ellos:
"- ¡paaahh que salado que estás! ¿Estás comiendo mucho huevo?" (Nota: los fisicoculturistas comen decenas de claras de huevos al día)
"- Si, hoy me comí una docena" Le contestó el otro.



Yo pensaba si los 2 huevos fritos que había pedido en la milanesa en dos panes del almuerzo me llevaría a ese mismo estado físico ... quizás no.

Pero bueno pensé que cuando fuera a ducharme iba a tener mi consuelo. Dicen que esta gente hace mucho culturismo por carencias en otros sectores corporales. Para no entrar en mucho morbo solo diré esto:

Trás 3 minutos en los que me sentí Freddie Mercury por andar mirando zonas impúdicas, salí con terrible enojo (no pongo "calentura" para evitar el chiste fácil)
ESTOS AL MENOS NO TENÍAN CARENCIAS! :(

Luego de la ducha, lo que más me entretenía del gimnasio era sentarme a mirar un ratito de los partidos de fútbol ingles que pasaban en el cable.
Teniendo en cuenta que en casa no tengo porque sale como 900 mangos por mes, no era mal negocio. Seguí pagando 400 pesos al mes simplemente porque era más barata la cuota del gimnasio, ¡QUE LA DEL CABLE!

Una vez le pedí al dueño para llevar a mi hija al gimnasio y que le dejara mirar los BackYardigans pero me dijo que no. ¡Un amargo!


Ahí pensé seriamente en desvincularme del gimnasio

Bueno voy terminando el relato, que depresión me entró recordando todo esto.

¡AMORRR! ¿¡Y SI PEDIMOS UN PAR DE MUZZARELAS?!

2 comentarios:

Carolina Trinidad dijo...

Sinceramente, hacer ejercicio no memolesta; lo que sí me cuesta enormemente es llegar hasta el gimnasio, por eso desde hace años, allá cada tanto pago la mensualidad y luego no voy. Jé!
Cuando encargues la pizza para vos y tu señora, podrás pedir una para mí también (la mía con anchoas, por favor).
Saludos y buen provecho

Andrés Rodriguez (ElAndrew) dijo...

Muchas gracias por colaborar desde el lado del lector. A mi hacer ejercicio tampoco me molesta, el tema es hacerse tiempo teniendo una familia y dos laburos. Pero bueno de a poco se ira viendo.

saludos