Vi a McCartney entrar al centenario y empecé a lagrimear. Que lo parió che!!!, cuantas cosas vendrán a la memoria y uno se emociona sin entender por qué.
Tantas horas de la niñez y de la juventud que se te inyectan en el corazón y "que desbordan el vaso".
Mañana (gracias a Dios) estaré en el estadio, un día para disfrutar y para nunca olvidar.
Gracias a la vida, por permitirme esto.
Pasen por acá el Lunes o Martes, sin duda estará pronto un amplio relato de esta noche que será (desde ya lo tengo claro) inolvidable.
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